LA ANCIANA QUE PERDIÓ SU AGUJA
Hace ya un tiempo, en una fresca tarde de otoño, una anciana estaba buscando algo en la calle, frente a su casa. Algunas personas se acercaron e intentaron ayudarla .
- Buena tardes, señora, ¿Qué es lo que ha perdido?
- Mi aguja – respondió la anciana.
Todos se pusieron a buscarla pero fueron incapaces de encontrarla. Buscaron y buscaron y nadie era capaz de verla. Pasado un buen rato, alguien le preguntó:
- La calle es muy larga y pronto será de noche, señora, la aguja es muy pequeña... ¿podría usted indicarnos el sitio aproximado donde cayó su aguja?
A lo que la anciana mujer respondió - Dentro de mi casa –
Todos la miraron asombrados. Algunos de los que había estado buscando la aguja por largo rato, incluso se molestaron.
- Pero Señora... ¿Usted se ha vuelto loca? ¿Por qué busca usted la aguja en la calle si está cayó dentro de su casa?
La anciana, sonrió y con una dulce voz les respondió:
- Porque dentro de mi casa no hay luz.
- En lugar de buscar fuera, lo que debería hacer es encontrar una lámpara y buscar adentro.
La anciana los miró y sonriendo y les dijo:
- Parece absurdo, ¿verdad? Pero no lo es... sois muy inteligentes para las cosas pequeñas, pero ¿cuándo vais a usar esa inteligencia para vuestra vida interior? Muchas personas buscan fuera lo que tienen dentro, pues el miedo no les deja ver su propio interior.
Muchas veces buscamos fuera la respuesta a nuestros problemas, cuando la solución a los mismos la tenemos en nuestro interior.
Se culpa a los otros de nuestras desdichas, cuando deberíamos tomar las riendas de la situación y actuar en lugar de lamentarnos. Cuesta reconocer nuestra parte de responsabilidad cuando deberíamos hacerlo y actuar en consecuencia ya que es el único modo en que lograremos nuestro crecimiento personal que es lo que realmente nos va a ayudar en un futuro a tomar mejores decisiones en nuestra vida y a tener la capacidad necesaria para resolver nuestros problemas.
Comentarios
Publicar un comentario